Mensaje Para Ti.

CONCENTRATE EN ESTA FRASE¡

Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste". Cuando Dios te quita aquello que tenías agarrado, El no está castigándote, sino simplemente abriendo tus manos para recibir algo mejor. Concéntrate en esta frase... "La Voluntad de Dios no te llevará donde la Gracia de Dios no te proteja".

*Jehová afirmara con firmeza mis pasos para que no tropiecen en piedras y El me ara caminar en las alturas porque me ha ungido para hacer cosas grandes en su nombre me aparto desde el vientre de mi madre y me dijo: mia eres tu te llame no te deseche te he puesto como muralla fortalecida te he puesto como arma de guerra en mis manos no temas frente a tus opositores porque ellos delante de ti caerán serán como si nada aquellos que contiendan contigo porque lo aran sin mi. Ellos entraran por un camino para hacerte la guerra pero por 7 huirán lejos de ti. Mi poder y fuego te respaldan solo clama a mi y Yo te defenderé clama en Fe y los muros caerán clama en Fe y toda enfermedad se consumirá clama y Yo te escuchare desde los cielos apagare los dardos del enemigo contra ti y abriré puertas porque Yo Jehová soy tu pastor y te conducire a delicados pastos y ahí tu alma encontrara paz amor y liberación. !*

2.11.2014

El Peligro de No Juzgar:

¿Será correcto juzgar conforme a las escrituras?
¿Qué tal denunciar las falsas doctrinas?
¿Y denunciar a los falsos maestros?
¿Será correcto dar nombres?
¿Denunciar a los apóstatas?

Muchos cristianos aseguran que no se puede denunciar, que es incorrecto. Ellos aseguran que quienes denuncian “les falta amor y que en lo que juzgan, serán juzgados”. Pero, ¿qué dice la Biblia al respecto?
Un pasaje mal empleado es “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mat 7:1).
Si solo leemos este versículo, sí parece decir que no podemos juzgar. Pero, estudiemos todo el pasaje porque para interpretar un texto hemos de considerar el contexto.

La frase no juzgar viene del gr. krino: hacer diferencia, discernir, condenar, decidir castigar, hacer juicio.
No juzguéis para que no seas juzgados – en el griego “condenados“. Es decir, la misma sentencia que damos, esa misma recibimos.
La razón para no juzgar está en el versículo siguiente:
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. (Mat 7:2).

Aquí la palabra empleada para juicio es el griego Krima, una variante de Krinos. Significa “veredicto que se hace en las faltas de otro”. La misma sentencia que das, es la que vendrá sobre ti.
hipocresía implica tener máscaras Veamos el final de la frase “con la medida con que medís, os será medido”:
Con la medida: gr. metrón (de donde se deriva metro). Significa medida, porción.
Con que medís: implica medir una cantidad
Os será medido: medir de igual manera
Hasta aquí, parece que es prohibido juzgar pero sigamos con el pasaje:
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Mat 7:3).
Paja aquí se refiere a una ramita seca, siendo una metáfora de una falta y la frase “echas de ver” implica considerar, reflexionar con mucho cuidado. Jesús usa “viga”, refiriéndose a un tronco.
¿No has considerado que tu eres peor que aquel a quien juzgas? Es la pregunta de Jesús.

Acusado Jesús está haciendo un contraste metafórico de una falta igual que hicieron el acusado y el acusador: el acusador está haciendo juicio sobre una falta que él también cometió. El mismo pecado que está acusando, él la tiene en su vida.
Por tanto, ¿con qué calidad moral podemos tratar de sacar una falta que nosotros mismos hemos cometido?. Esto es hipocresía (y más adelante lo dice). Es como el borracho que reprende al borracho.
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. (Rom 2:1)
¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Mat 7:5).
Jesús dice aquí: ¡actor, hipócrita!. Está rechazando la conducta hipócrita del acusador. Saca primero: límpiate primero de ese mismo pecado que condenas y que tienes. Saca ese tronco de tu ojo y la siguiente frase es clave en la comprensión del texto: y
entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Es decir, como consecuencia, verás bien. En el original dice: Verás claramente, recuperar la vista espiritual para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Pregunta: ¿está prohibiendo Jesús juzgar en este pasaje? NO
Lo que él está condenando y reprobando es que se juzgue y se condene algo que nosotros mismos estemos haciendo o dejando de hacer.
Por ejemplo: es como si yo tuviera amargura contra alguien y llego a la iglesia a predicar del perdón; exijo que otros perdonen pero yo mismo no perdono. Estoy enjuiciando a la oveja pero estoy igual o peor de resentido. No tengo calidad moral para hacer esto.

Otro ejemplo sería que vengo a predicar sobre las finanzas y el diezmo. Doy un sermón y acuso de ladrones a los que no diezman, menciono Malaquías y soy bien duro en el mensaje, pero resulta que yo mismo no diezmo. (Aprovecho aquí para decir que los pastores también debemos diezmar). No puedes predicar del diezmo si no diezmas. Sería hipócrita al hacerlo.
Juicio de Dios [Foto de Apocalipsis.org]Juicios en la Iglesia: 1 Cor 5:1-11 Un caso de inmoralidad sexual.

De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. (2) Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? (3) Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. (4) En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, (5) el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (6) No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (7) Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. (8) Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. (9) Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; (10) no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. (11) Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. (12) Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? (13) Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros. (1Co 5:1-13).
En el v.1 leemos que se trataba de un caso de fornicación e incesto. ¡Qué vergüenza! Es la expresión de Pablo porque esto no se da ni entre gentiles.
Ante el v.2 algunos le dirían a Pablo que sacar a alguien de la iglesia es falta de amor.
En el v.3, cuando Pablo dice “ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho”, está diciendo que él ha decidido disciplinar y castigar al que ha hecho esto. No se refiere de ninguna manera a desdoblarse o cosa parecida.

El reclamo de Pablo es que la iglesia de Corinto no había hecho nada. Ellos se jactaban de sus dones, hablaban en lenguas, pero tenían este pecado vergonzoso.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo (1Co 5:4)
Como ya mencioné, esto no se refiere a esoterismo. Es una expresión para decir que “estamos de acuerdo, yo les apoyo”.

El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1Co 5:5)
¿Cómo es que los cristianos de hoy no tienen la capacidad de juzgar y de hablar claramente del tema de la disciplina del Señor?.
Error de Pablo hubiera sido juzgar este pecado si él también hubiera estado en pecado, pero su vida era limpia, por tanto tenía la autoridad moral y el respaldo de Dios para excomulgar a este hombre; juzgarlo y como veredicto entregarlo a Satanás.
Cuando Jesús – con la mujer adúltera – les dice que “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, ellos se fueron porque hacían lo mismo. Si yo estuviera manipulando a las ovejas para sacarles dinero no podría hablar contra este pecado, pero como no lo hago, tengo la autoridad moral para denunciar a los estafadores de los púlpitos.

Si Jesús en Mateo hubiese prohibido juzgar, ¿cómo habría dicho Mat 24 “cuídense de los falsos maestros: disciernan, vean, juzguen su mensaje para no ser engañados?.
Veamos los siguientes versículos:
En Juan 7:20 dice que “Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte?”. Jesús, en el v.24 contesta: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”.
Jesús no está diciendo que no juzguen, está diciendo no juzguen mal. No se trata de callar y “dejárselo al Señor”. No podemos juzgar según las apariencias, sino bien sustentados.
Veamos este texto:
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? (Mat 7:15-16)
Guardaos: en el original es “prestar atención a, tener cautela por, escuchar”. Jesús sí nos invita a juzgar rectamente, con justo juicio, juzgar los frutos, no las apariencias. Frutos, como ya lo he mencionado, no es llenar un auditorio.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. (1Co 2:15)
Juzguemos según lo espiritual no por las apariencias.
Hay quienes por las apariencias juzgan el fruto de una iglesia, ven la calidad del auditorio de alguna megaiglesia, se impresionan por las riquezas y suntuosidad que ven y creen que Dios está con ellos por esto. No necesariamente el lujo refleja obediencia.
En Guatemala, en cierta Iglesia, estaban recogiendo la “ofrenda” (lo digo entre comillas, pero en realidad era el tiempo del robo) y empezaron a pedir de ciertos montos para arriba (¿desde cuándo se le dice a la gente cuánto dar?). Casi no pude creerlo cuando anunciaron que en el banco tal estaban dando créditos a los miembros de esa congregación. ¡Qué horror!, eso sí es manipulación. No juzgar y discernir que esto está mal, es caer nuevamente en el oscurantismo.
De los versículos favoritos que mencionan para impedir el buen juicio es el de David cuando dice que no puede tocar al ungido de Jehová. Sin embargo, en el original tocar se refiere a “agredir físicamente”. No confundamos “agredir físicamente” con “juzgar sus delincuencias”.
A muchos pastores les encanta que la gente se someta a ellos, pero… veamos el siguiente texto:
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. (Heb 13:7)
¿No dice acaso aquí que juzguemos su conducta? Entonces, imitamos su fe y nos sometemos a ellos. Pero si su conducta no es de Dios, cómo vamos a avalar sujeción.
He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. (2Co 12:14)
Este es un punto importante a considerar en la conducta de un pastor: ¿busca a las ovejas o busca lo material que tienen las ovejas?
No hace mucho una señora me contó que fue a un concierto “cristiano” y pagó un lugar VIP. Pues estando ahí adelante, “las hermanas” solteras le gritaban al cantante “Papacito, te amo, las quiero contigo”.
El cantante las miraba y se reía… ¿por qué él no detuvo esta conducta? La señora se tuvo que salir pues no resistió más lo que veía y escuchaba. ¿Qué sigue? es la pregunta en estos casos. ¿Será que falta poco para que se quiten sus prendas íntimas y se las tiran al hermano?
Juzguemos por favor este tipo de situaciones y hagamos algo al respecto.
..por sus frutos los conoceréis..Frutos: No podemos hacer de los milagros y los grandes eventos nuestra medida para juzgar. Hasta Judas hizo milagros. El anticristo hará que una estatua hable. Los brujos de San Martín hacen milagros y dicen “en el nombre de Jesús”. Ahora, ya tenemos “la virgen del colchón”: acá cerca en Sayula, Jalisco tienen un pesebre y cuando le iban a cambiar las sábanas dicen que quedó la “imagen del niño en el colchón”, pues ahora le están ofreciendo flores al colchón.
Ya tendremos el santo del zapato, la virgen de la lámpara y la virgen de la llanta del camión. Con lo milagroso la gente juzga mal, creyendo que es Dios quien los está apoyando.

¿A qué fruto se refería Jesús? El usó la palabra griega carpos, refiriéndose a frutos de la nueva naturaleza.
¿Cómo vivía Jesús? Esto nos da una medida correcta, después de todo, él es nuestro modelo.
En Gálatas también se usa la palabra carpos: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe, templanza, dominio propio. Estos son evidencias de que estamos llenos del Espíritu. No se trata de milagros ni de estadios llenos.
Juan 15 también habla de frutos.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. (2) Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. (3) Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. (4) Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (5) Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15:1-5)
Sin él nada podemos hacer: refiriéndose a dar frutos espirituales, no a hacer grandes conciertos.
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. (1Jn 4:1)
¿No es acaso aquí probad: juzguen, disciernan, vean?.
Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. (Rom 16:17)

Aquí no solo se nos advierte a juzgar, sino también a apartarnos de los tales.
¿Es Bíblico dar nombres?Por último: ¿Es bíblico dar nombres?:
Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. (17) Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, (18) que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. (2Ti 2:16-18).
Aquí Pablo menciona nombres. El Espíritu Santo permitió esto y que nosotros hasta hoy leamos estos textos.

Se imagina que usted sea testigo de un robo en un banco y que al interrogarle la policía usted les diga: “en nombre del amor y paz, se dice el pecado pero no el pecador, no quiero problemas, no hay que juzgar… mejor no vi los hechos”? Solo los tibios y cobardes le tienen miedo a las represalias.
David adulteró y asesinó: ¿entonces por qué se predica de este texto y mencionamos su nombre?. Nadie enseña de esta historia diciendo: “había un rey que mató y adulteró”.

Moisés le pegó dos veces a la roca: se menciona con nombre y predicamos de esto. No decimos “había un hombre que desobedeció a Dios y…”. No, sino que lo mencionamos por nombre.
Gal 2 – Pablo resistió a Pedro cara a cara. Dice que era de condenar: de reprobar su hipocresía. ¿Cómo iba a obligar a los gentiles a judaizarse?. “Lo reprendí cara a cara delante de todos” dice el texto.

No hace mucho, en el tiempo de oración del culto un hombre empezó a orar a gritos. Pues yo públicamente le regañé, esa no es la forma de orar en mi congregación. Si no es válido reprender públicamente: ¿por qué Pablo lo hizo?
Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. (10) Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia. (3Jn 1:9-10)

Otro de los tantos nombres mencionados en el Nuevo Testamento.
Jud 1:11 ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
En conclusión, sí se puede juzgar, debemos hacerlo bien (no viendo las apariencias, sino el fruto) y hay peligro en no hacerlo.
-

PARA MEDITAR EN ESTA :

"Por tanto, también vosotros estad preparados ; por que el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis." S. Mateo 24: 44

Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.

Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?

Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 24:37-51

Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.

Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.

Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas. Lucas 17:26-37

la Biblia presenta el ayuno como algo que es bueno, beneficioso y esperado. El libro de Hechos registra el ayuno de creyentes antes de hacer decisiones importantes (Hechos 13:4; 14:23). El ayuno con frecuencia va ligado a la oración (Lucas 2:37; 5:33). Creemos casi siempre que el objetivo del ayuno es la falta de alimento. En cambio, el propósito del ayuno debe ser quitar tus ojos de las cosas de este mundo y concentrarte en Dios. El ayuno es una manera de demostrar a Dios, y a ti mismo, que tomas en serio tu relación con Él. El ayuno te ayuda a obtener una nueva perspectiva y una renovada confianza hacia Dios.

Aunque en la Escritura casi siempre el ayuno es la abstención de alimentos, existen otras maneras de ayunar. Cualquier cosa que puedas ceder temporalmente con el fin de concentrarte más en Dios, puede ser considerado como un ayuno (1 Corintios 7:1-5). El ayuno debe estar limitado a un tiempo determinado, especialmente cuando el ayuno es de comida. Los largos períodos de tiempo sin comer son dañinos para el cuerpo. La intención del ayuno no es castigar al cuerpo, sino el enfocarse en Dios. El ayuno tampoco debe ser considerado como un “método de dieta”. No ayunes para perder peso, sino para ganar una relación más profunda con Dios. Sí, todos pueden ayunar. Algunos pudieran no estar en condiciones para el ayuno alimenticio (por ejemplo los diabéticos), pero todos pueden abstenerse temporalmente de algo para concentrarse en Dios.

Al apartar nuestros ojos de las cosas de este mundo, podremos enfocarnos más en Cristo. El ayuno no es una forma de lograr que Dios haga lo que deseamos. El ayuno nos cambia a nosotros, no a Dios. El ayuno no es una manera de aparecer más espirituales que otros. El ayuno es para hacerse en un espíritu de humildad y una actitud gozosa. Mateo 6:16-18 declara, “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Cristo dijo que sus siervos ayunarían. ¿Qué es el ayuno? ¿Es morirse de hambre? ¿Es omitir una comida — o más de una? ¿Es el ayuno un ritual obsoleto del Antiguo Testamento — o una herramienta eficaz para el crecimiento cristiano? ¿Es un mandato para los cristianos de hoy? ¡Aquí están las respuestas a estas preguntas y más!

El ayuno ha sido practicado desde tiempos antiguos. Hay muchos ejemplos de éste en la Palabra de Dios. Éstos revelan la verdadera naturaleza del ayuno.
Jonás 3:1-7 relata cómo la ciudad de Nínive reaccionó al sobrio mensaje de Jonás por parte de Dios. Todas las personas “proclamaron ayuno…desde el mayor hasta el menor de ellos” (vs. 5). El versículo 7 dice que el mismo rey declaró, “Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua”.

En Levítico 23:27-29, Dios ordenó a los Israelitas “afligiréis vuestras almas [cuerpos]” en el Día de Expiación. La celebración anual de este Día Santo debía mantenerse “en la tarde; de tarde a tarde” (vs. 32). Este mismo día se conoce como “el ayuno” en Hechos 27:9 y en los márgenes de muchas otras traducciones de la Biblia.
Todos estos versículos muestran lo que es el ayuno: estar sin comer y beber por los menos durante un período de veinticuatro horas.
Cuando usted ayuna, lo siente; está afligiendo su cuerpo. Puede sentirse lento o con falta de energía. Su estómago le puede doler, y sentirá sed. Si usted es un bebedor regular de café o soda, podría experimentar dolor de cabeza a causa de la cafeína.
Incluso podría sentir como que se va a morir, pero no la hará. Usted puede sobrevivir sin comida. Su cuerpo estará aún “comiendo”, incluso si usted no lo está haciendo; éste usará sus reservas. Nuestro Creador sabe que es posible para usted vivir sin comida ni agua por lo menos durante un día. Reconozca que Dios no le diría a usted que haga algo que es imposible.

Usted necesita a Dios
¿Qué tan beneficioso es espiritualmente el ayuno? ¿Qué bien proviene de afligir su cuerpo? La mayoría de las personas no ven la necesidad de Dios en sus vidas. Al igual que el Rey Nabucodonosor, creen que ellos son responsables de sus talentos y habilidades. también se dan crédito a sí mismos por todo lo que tienen o hacen (Dan. 4:30). Debido a que son orgullosos y enaltecidos — vanos — no entienden que Dios les da vida y aliento (Job 12:9-10).

Incluso aquellos que pueden tratar de obedecer a Dios, que admiten que son débiles y necesitan la fuerza y orientación de Dios, pueden no entender completamente esto. Decir algo y comprenderlo totalmente son dos cosas diferentes.
Job se dio cuenta de esto después de un largo período de pruebas y aflicciones, cuando dijo, “De oídas te había oído [Dios]: pero ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (42:5-6).
Su mente puede engañarle a pensar que está bien, que no necesita a Dios, o que está cerca de Él, cuando lo contrario es de hecho la verdad. Dios lo resume en Jeremías 17:9: “Engañoso es el corazón [la mente] más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?

¡Es fácil engañarse a uno mismo!
Un cristiano tratando de obedecer a Dios pelea una batalla constante. El apóstol Pablo explica: “Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Rom. 7:16-18).

Existe una mente en usted que simplemente no quiere obedecer: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad [enemigos] contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Rom. 8:7). Tome este versículo por lo que dice. ¡Su mente física es, literalmente enemiga de Dios!
Pero si usted se humilla a través del ayuno, Dios está listo y puede ayudarle (Sal. 34:15). Cuanto usted siente el hambre y la sed, la magnitud de su dependencia de Dios se hace evidente. Entonces se da cuenta de cuánto necesita lo que Él ha creado — la tierra, la lluvia, y la comida física que nutren y producen — para sostener su vida temporal. Incluso el aire que respiramos proviene de Dios. ¿Cuánto tiempo podría existir sin algunos de éstos?

Cuán débiles e insignificantes nos sentimos cuando ayunamos — con mareos, falta de energía, con mal aliento y sintiendo bastante sed después de un día. Nos damos cuenta de lo mucho que desesperadamente necesitamos a Dios para mantener nuestra vida en todos los sentidos. Sólo por el ayuno puede alguien darse cuenta lo mucho que necesita a Dios. Usted podría estar dispuesto a admitir esto sin ayuno, pero afligirse así mismo trae entendimiento — porque usted lo siente.

El ayuno le ayudará a acercarse más a Dios. El Rey David dijo, “Afligí con ayuno mi alma” (Sal. 35:13) — y Dios dijo que David era “un varón conforme a su corazón” (I Sam. 13:14; Hechos 13:22). ¿Y usted? ¿Es usted “conforme al corazón de Dios”? A menos que usted esté dispuesto a humillarse, no podrá estar cerca de su Creador.
¡Esto es importante! Fíjese en Santiago 4: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (vs. 6). Si usted es orgulloso — enaltecido, dependiente de sí mismo — Dios no va a escucharle ni a ayudarle. Él no puede y no va a trabajar con una mente orgullosa. Pero cuando ayuna, usted se humilla. Se acerca a Dios, y Él se acerca a usted. Si confía en Él para fuerza, Él lo exaltará.

Someterse a Dios — obedecerle — le da la fuerza para resistir al diablo. El ayuno ata a Satanás; no tendrá más remedio que huir de usted; Él no puede llegar a usted cuando está cerca de Dios.

¡Qué tan importante es esto para un hijo de Dios! Lea Santiago 4:7-10. Observe como habla de humillarse así mismo, con llanto y lamento: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos [ayunar] y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”.
Todo esto es parte del ayuno. Haga esto, y en la medida en que usted se acerca a Dios, Él se acercará a usted.

¿Por qué los discípulos no ayunaron?
En Mateo 9:14-15, Cristo explicó el gran propósito de negarle a su cuerpo comida y bebida: “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán”.
Cristo era Dios en la carne. ¡Él estaba aquí mismo! Sus discípulos habían tenido contacto cercano, todos los días con Él. Podían hacerle preguntas en cualquier momento. Y Cristo estaba allí, enseñándoles, ayudándoles y exhortándolos. Los discípulos podían tocar e incluso abrazar a Cristo — ¿Cuánto más cerca podrían haber estado? Por lo tanto, no había necesidad de que ayunarán.

Pero cuando Cristo regresó a la diestra del Padre en el cielo, el ayuno se volvió necesario. No fue tan fácil para los discípulos mantenerse sintonizados en el pensamiento de Cristo o ver su voluntad en sus vidas. Se acordaron de la advertencia de Cristo para ayunar, y al hacerlo, pudieron mantener y hacer crecer más allá el nivel de comprensión espiritual que habían logrado mientras Jesús estaba en la tierra.
Por lo que debemos ayunar hoy en día. Así como se nos manda a ayunar en el Día de Expiación, tenemos que ayunar con frecuencia (II Cor. 11:27), para permanecer en armonía con Dios y con Cristo.

Incluso Acab ayunó
La vida de un cristiano es una de superación. Es una vida de pruebas y tribulaciones. La “voluntad” humana no puede ayudarlo a lograr esto. Usted necesita la ayuda y la fuerza de Dios, las cuales el ayuno puede traer.
Estos son algunos ejemplos desde las páginas de la Biblia.
El profeta Elías había pasado muchos años testificándole al Rey Acab y la reino de Israel. Acab era un gobernante malvado, perverso, del cual Dios dijo, “A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos del Eterno…” (I Reyes. 21:25).

Elías le dio una última advertencia sobre lo que le sucedería a él y a su familia (vs. 20-24). Esta advertencia produjo resultados: “…rasgó [Acab] sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado [afligido]” (vs. 27).
¿Cuál fue la reacción de Dios? “¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días…” (vs. 29).

Una sincera actitud de arrepentimiento, humillarse ante Dios, y ayunar dan resultado. Si Dios tuvo piedad del malvado Acab, ¿Cuánto más escuchará las oraciones de sus hijos espiritualmente engendrados y les va a ayudar cuando ayunen en tiempo de necesidad? Judá ayunó y Dios hirió un ejército

El Rey Josafat de Judá se enfrentó a una prueba enorme. Un gran ejército, formado por soldados de muchas naciones, invadió su reino.
¿Cómo reaccionó Josafat? II Crónicas 20:3-4 revela, “Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar al Eterno, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro al Eterno: y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda al Eterno”.

La nación entera ayunó, buscando la intervención de Dios. Cuando vio su actitud humilde, Dios respondió. Les dijo que no temieran, que salieran al encuentro del ejército invasor y confiaran en que Dios iba a resolver las cosas.
Al día siguiente, Josafat y el pueblo descubrieron que Dios de hecho había intervenido. ¡Todo el ejército fue muerto! Dios en realidad volvió al ejército contra sí mismo, y ninguno quedó vivo.

Cuando enfrente tribulaciones y pruebas o peleas contra el pecado — cuando vea a Satanás y a sus ejércitos a las puertas de su ciudad — la necesidad de ayunar es grande. Así como Dios ayudó a Josafat, Él también le ayudará a usted.
El ayuno le muestra a Dios que usted está dispuesto a confiar en Su fuerza — no en la suya propia — para liberarle. Le enseña a usted a depender de Él para todo — fortaleza, ayuda para vencer el pecado, liberación de las pruebas, y oraciones respondidas.

Lea Daniel 9 para que vea como Daniel se afligió y humilló a sí mismo para que Dios le escuchara y respondiera su oración. Este gran siervo hizo una petición “en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza” (Dan. 9:3). Dios respondió enviando al arcángel Gabriel para ayudarle.
Dios escucha todas nuestras oraciones — si le obedecemos. Pero cuando la necesidad de una respuesta es grande, el ayuno, junto con la oración es muy eficaz (vea Marcos 9:25-29). Dios se da cuenta y responde cuando ve lo serio que es y qué tan importante es su estilo de vida para usted.

Ayune para buscar la voluntad de Dios
¿Quiere saber cuál es la voluntad de Dios — para usted o cualquier otra cosa? Entonces siga el ejemplo de Pablo.
Cuando Cristo derribó sobrenaturalmente a Pablo en el camino a Damasco, Pablo ayunó mientras esperaba para saber lo que Cristo quería que él hiciera — conocer su voluntad (Hechos 9:6-9).

Cuando enfrente decisiones importantes en su vida y necesite saber cuál es la voluntad de Dios sobre un asunto en particular, ¡ayune! acérquese a Dios. Estudie su Palabra. Lea y medite en todas las Escrituras que sean pertinentes a su asunto. Haga conocer su petición a Dios mediante la oración. Pida por su orientación y ayuda. Busque su voluntad y Él le mostrará lo que debe hacer.

La actitud correcta
Las personas en el mundo ayunan por muchas razones, pero casi ninguna lo hace con la actitud correcta. Ellos ayunan para hacer declaraciones políticas, o por ésta o aquella causa. O ayunan para forzar su voluntad sobre Dios. Durante un ayuno, debemos buscar la voluntad de Dios — ¡no la nuestra!
Entonces ¿Qué clase de actitud es la que Dios busca? La segunda mitad de Isaías 66:2 revela la respuesta: “…pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”.

Isaías también registra lo que Dios pide para el ayuno: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad [huir del pecado], soltar las cargas de opresión [pruebas y tribulaciones]…y que rompáis todo yugo [la esclavitud del pecado]?” (58:6). El ayuno es una gran herramienta de liberación, cuando usted está limitado por el pecado.

Claves para un ayuno eficaz
AYUNE CON FRECUENCIA: Lea II Corintios 11:27. Mientras más ayune, más fácil será. Su cuerpo se irá acostumbrando a esto. En un sentido, la práctica hace la perfección. Mientras más ayune, más eficaz será. Pero tenga en cuenta que la actitud, no la frecuencia, es lo que verdaderamente cuenta.

UN DÍA A LA VEZ: Un ayuno efectivo debe continuar durante al menos 24 horas, haciendo que usted pierda al menos tres comidas. A veces, sin embargo, un ayuno más largo — de 2 o 3 días — puede ser necesario. Si este es el caso, no se enfoque en la duración del ayuno — sólo hará que parezca más largo. Y use la sabiduría. Sólo ayune por un periodo mayor de tres días si sigue asesoramiento profesional. Su ayuno puede empezar a cualquier hora, pero es más natural hacerlo de atardecer a atardecer. Además, recuerde que ayunar por una semana no necesariamente lo hace más espiritual que alguien que sólo ayunó por un día.

HAGA EL TIEMPO: El ayuno es raras veces conveniente. Usted debe sacar el tiempo para hacerlo. A veces, puede ser necesario llevar a cabo sus tareas diarias. Puede ser que usted tenga que trabajar. Pero el ayuno es mejor que se produzca en el tiempo libre. Ocasionalmente, el día de reposo puede ser utilizado como día de ayuno. Pero esto no es ideal, porque el día de reposo es un día de fiesta.

USE OTRAS HERRAMIENTAS CON EL AYUNO: Perder el tiempo que invierte en el ayuno — sin estudiar, orar o meditar — reduce al ayuno a una simple huelga de hambre. Recuerde doblar al menos la cantidad de oraciones, estudio de la Biblia y la meditación que hace normalmente. Triplicarlos puede ser mejor. Si el ayuno es por una razón particular, asegúrese de revisar todas las escrituras que se aplican.
PREPÁRESE ADECUADAMENTE: Un día o dos antes de comenzar el ayuno, reduzca la cantidad de alimentos que come. Hartarse antes del ayuno no es prudente. Usted puede experimentar dolores de cabeza, debido a la falta de cafeína (especialmente si usted es un fuerte bebedor de café o bebidas gaseosas). Reduzca el consumo de estas bebidas con anticipación. También podrá experimentar mareos y mal aliento. Tenga en cuenta que su cuerpo va a estar eliminado toxinas; beber mucha agua antes de comenzar ayudará. Al reanudar la comida, comience con alimentos ligeros. No coma pesado de inmediato.

TENGA LA APARIENCIA ADECUADA: Recuerde lo que Cristo dijo en Mateo 6:16-18. Báñese o dúchese como usted lo haría normalmente. Peine su cabello. Vístase y actúe normal. Lavarse los dientes es permitido. Nadie debería poder decir a causa de su apariencia que usted está ayunando — sólo Dios debería saber.
En los versículos 1-4, Dios condena a aquellos que ayunan por motivos egoístas, toman placer en su propio ayuno, o tiene una agenda política. Estas actitudes no son aceptables para Él. Estos tipos de ayunos no son más que huelgas de hambre.
El ayuno siempre debe lograr un buen fin. Debe ayudarle a ver que usted no es más que carne débil. Debe ayudarle a ver la necesidad de ayudar y servir a otros (vs. 7). Si usted ayuna con una actitud correcta, Dios promete grandes bendiciones (vs. 8-12).

Ayune en secreto
El ayuno no debe ser “por espectáculo”. No es una prueba de espiritualidad. Cuánto tiempo y con qué frecuencia usted ayuna raramente debería ser mencionado a alguien. Nadie debería notar que está ayunando debido a su apariencia — no se debe notar en su rostro.

Jesús dio instrucciones claras de eso en Mateo 6:16-18: “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

Usted debe lavarse la cara, peinarse el cabello, parecer normal. Sólo Dios debe sabe que está ayunando
Sin embargo, en ciertas ocasiones puede ser necesario para dos o más ayunar sobre el mismo asunto, por lo que mantenerlo para usted mismo será inevitable. Pero en general, sólo Dios debe saber que usted está ayunando.

Siempre recuerde que Jesús dijo, “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido” (Lucas 14:11). El ayuno debe ser más que simple hambre y sed. Debe ayudarle a ver más allá de lo físico, a los principios espirituales. Un cristiano no debe “vivir sólo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4; vea también Juan 4:34; 6:26-27, 32-35, 50-51). Durante un ayuno, usted debería tener “hambre y sed de justicia” (Mat. 5:6).

Afligirse a sí mismo debería ayudarle poderosamente a acercarse a Dios, a estudiar (II Tim. 2:15) y meditar en su Palabra (Sal. 119:15, 23, 48, 78, 148) y a orar (I Cor. 7:5). Estas tres herramientas producen un ayuno eficaz.
El ayuno es una prueba para ver lo que usted pondrá primero — el hambre y la sed (“los deseos de la carne”), o un deseo humilde, de corazón para obedecer y someterse a sí mismo ante Dios y acercarse más a Él en todos los sentidos.
Negarse a sí mismo en una actitud humilde es arrepentimiento, no penitencia. No es una forma de expiar los pecados, sólo Cristo puede hacer eso. Una persona humilde admite de buena gana que sus caminos están mal y que Dios tiene la razón. Busca los caminos de Dios y pide su ayuda, liberación, instrucción y orientación.

El ayuno por razones de salud

Observe lo que Dios dice que ocurre cuando ayuna: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria del Eterno será tu retaguardia” (Isa. 58:8 versión Reina Valera 1909).
Muchos han notado ciertos beneficios que acompañan al ayuno. Por supuesto, puede ser beneficioso ayunar por razones físicas. Pero ayunos de salud, ayunos de jugos (la abstención de alimentos sólidos), y otros ayunos no deben ser confundidos con ayunos espirituales. Tales ayunos físicos no son adecuados para el Día de Expiación o en cualquier otro momento reservado para el ayuno espiritual.

Es natural para nuestro cuerpo estar sano. ¡Nuestros cuerpos no fueron hechos para estar enfermos! Cuando ataca una enfermedad, puede ser un momento adecuado para ayunar. Es posible que haya ingerido algunas bacterias causantes de enfermedades, tal vez de alimentos en mal estado.

En cualquier caso, la enfermedad resulta de cualquier tipo de pecado físico. Dios hizo el cuerpo humano; por lo tanto, Él sabe lo que es bueno para nuestro cuerpo. Dios creó leyes de salud que dan bendición cuando son obedecidas. Si son quebrantadas, traen maldiciones — enfermedades, dolencias y males. Con demasiada frecuencia, la humanidad viola estas leyes perfectas — al igual que rechazan las leyes espirituales de Dios. Las personas a menudo comen mucho de un tipo de comida y no suficiente de otras; o comemos alimentos equivocados por completo. Romper las leyes dietéticas de Dios trae como resultado enfermedad.

¡Por eso, cuando se encuentre enfermo, deje de comer!
¿Por qué? Deje de comer lo que lo hizo enfermarse — deje de infringir las leyes divinas de la salud — deje de pecar. Pero entienda: El ayuno no sana — sólo Dios lo hace, a través Jesucristo (I Pedro 2:24; Isa. 53:5; Santiago 5:14-16). En estos casos, el ayuno hace que deje de pecar físicamente. Arrepiéntase y Dios le sanará.

Las recompensas del ayuno
El ayuno adecuado cosechará grandes recompensas, tanto físicas como espirituales. Utilizado adecuadamente, le llevará más cerca de Dios, a conocer su voluntad, guía, dirección, ayuda, fuerza, y liberación. Ahora usted puede ver por qué el ayuno es una herramienta tan esencial en la superación y el crecimiento cristiano.

Pregunta: ¿Que es el ayuno?

El ayuno es una práctica de abstinencia de alimentos mientras el cristiano ora y medita en la palabra de Dios. El propósito del ayuno es negar los placeres físicos en busca de un crecimiento espiritual y de una comunión profunda con Dios. Usualmente, las personas que ayunan tienen un motivo o un enfoque especial que presentan en oración. Porque es un sacrificio muy personal en adoración a Dios, la Biblia enseña que el ayuno se haga sin la persona llamar mucha atención a su acto y así evitar buscar gloria para si mismo.

Respuesta:
En la Biblia vemos que personas ayunaban bajo distintas circunstancia, en diferentes formas y por diferentes razones. Por ejemplo en el libro de Daniel vemos que el ayunó por lo menos dos veces. La segunda vez lo hiso por 21 días limitándose a comer legumbres solamente. Él quería saber cuando era el tiempo en que iba a terminar el exilio de Israel en Babilonia. Al terminar, Dios le respondió con una gran visión mostrándole la historia del mundo y de los reyes de ese tiempo.

Otro ejemplo lo vemos en Jesús, quien antes de empezar su ministerio se retiro al desierto y ayuno por 40 días sin alimento alguno. Este ayuno era uno de preparación y fortaleza.

En Mateo 17: 14-20 Jesús dice que algunos batallas espirituales solo se vencen con el ayuno. Hechos 13 empieza con los apóstoles orando, buscando dirección antes de salir hacia Chipre. Otros, como la profetiza Ana en Lucas 28, ayunan para mantener una comunión constante con Dios.

Un ayuno puede durar varias horas, un día entero de 24 horas, unos cuantos días o unas cuantas semanas. La persona puede dejar de comer por completo o puede hacer un ayuno parcial. El ayuno parcial es cuando la persona come solamente para sobrevivir y el consumo de alimentos es limitado. Esto depende de la condición de salud de la persona. Para que un ayuno sea sincero debe de costarle algo al que este ayunado. Por ejemplo, si normalmente no comes carne, pues no vale la pena hacer un ayuno de carne.
Algunas personas se abstienen de otras cosas como usar el Internet, el sexo o no gastar dinero, pero básicamente los ejemplos que vemos en la Biblia tienen que ver con alimentos.
 

¿HAS NACIDO DE NUEVO?

Jesucristo dijo, “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

Esta es una de las cuestiones más importantes en la vida de todo ser humano.
No es suficiente responder “Soy miembro de una iglesia; supongo que soy cristiano”. Miles de cristianos nominales no muestran señal alguna de haber nacido de nuevo, las cuales se mencionan en las Sagradas Escrituras, principalmente en la Primera Epístola de Juan.

No practica el pecado

En primer lugar, el apóstol Juan escribió: “Todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado” (1 Juan 3:9). “Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado” (5:18).

Aquella persona que ha nacido de nuevo, que ha sido regenerada, habitualmente no comete pecado. No exhibe una inclinación total hacia el pecado. Probablemente hubo algún tiempo en que dicha persona no se detenía a pensar si sus acciones eran pecaminosas o no, y no siempre sentía aflicción tras hacer el mal. No había una lucha entre el y el pecado; ambos eran amigos. Pero un verdadero cristiano odia el pecado, huye de el, lucha en su contra, lo considera su mayor calamidad, resiente la carga de su presencia, sufre cuando cae bajo su influencia, y anhela liberarse completamente de el. El pecado ya no le place; se ha convertido en algo horrible y que odia. Sin embargo, no puede eliminar su presencia dentro de el.
Si dijese que en él no hay pecado estaría mintiendo (1 Juan 1:8). Pero sí puede decir que odia el pecado y que el mayor deseo de su alma es no cometer pecado en absoluto. No puede evitar tener malos pensamientos, omisiones y defectos tanto en sus palabras como en sus acciones. El sabe que “en muchas cosas ofendemos” (Santiago 3:2). Pero puede decir con certeza, delante de Dios, que estas cosas le ocasionan dolor y pena, y que su ser no se complace en ellas. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?

Cree en Cristo

En segundo lugar, San Juan escribió: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios” (1 Juan 5:1).

Un hombre que ha nacido de nuevo, que ha sido convertido, cree que Jesucristo es el único Salvador que puede perdonar su alma, que El es la persona divina designada por Dios Padre para dicho propósito, y que fuera de El no hay salvación alguna. En sí mismo no encuentra valor alguno. Pero tiene confianza plena en Cristo, en que todos sus pecados le han sido perdonados. Puesto que ha aceptado la obra completa y muerte de Cristo en la cruz, el cree que es considerado justo delante de Dios, y puede esperar la muerte y el juicio final sin miedo.
Podrá tener temores y dudas. Inclusive decir que a veces siente como si no tuviera fe en absoluto. Pero pregúntele si está dispuesto a confiar en cualquier cosa o persona en vez de Cristo, y verá lo que le responderá. Pregúntele si depositaría su esperanza de vida eterna en su propia bondad, sus propias obras, sus oraciones, su guía espiritual, o su iglesia, y escuche su respuesta. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?

Hace justicia

En tercer lugar, Juan escribió: “Todo el que hace justicia es nacido de El” (1 Juan 2:29).

El hombre que ha nacido de nuevo, o se ha regenerado, es un hombre santo. El busca vivir acorde a la voluntad de Dios, hacer las cosas que agradan a Dios y evitar aquellas que Dios aborrece. El desea mirar continuamente a Cristo como ejemplo a seguir y como su Salvador, y demostrar ser su amigo guardando sus mandamientos. El sabe que no es perfecto. Es consciente de su corrupción inherente. Percibe un principio de maldad dentro de si mismo que lucha constantemente por separarle de la gracia de Dios. Pero el no lo consiente, aunque no puede prevenir su presencia.
Aunque a veces puede sentirse tan despreciable al punto de cuestionarse si en verdad es cristiano o no, aun así será capaz de decir, como John Newton, “no soy lo que debería ser, no soy lo que quiero ser, no soy lo que espero ser en otro mundo; pero aun así no soy lo que fui alguna vez, y por gracia de Dios soy lo que soy”. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?

Ama a otros cristianos

En cuarto lugar, Juan escribió: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los hermanos” (1 Juan 3:14).

Un hombre que ha nacido de nuevo tiene un amor especial por todos los discípulos verdaderos de Cristo. Ama a todos los seres humanos con gran amor general, pero tiene un amor especial por quienes comparten su fe en Cristo. Al igual que su Señor y Salvador, el ama a los peores pecadores y se aflige por ellos; pero el siente un amor peculiar por aquellos que son creyentes. Nunca se siente tanto en casa como cuando se encuentra en su compañía.
El los considera a todos como miembros de una misma familia. Son sus compañeros de batalla, luchando contra el mismo enemigo. Son sus compañeros de viaje, marchando a lo largo del mismo camino. El los comprende, y ellos lo comprenden. Podrían ser muy diferentes a el en muchos sentidos – en rango, en riqueza. Pero eso no importa. Ellos son hijos e hijas de su Padre y el no puede evitar amarlos. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?

Vence al mundo
En quinto lugar, Juan escribió: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo” (1 Juan 5:4).

Un hombre que ha nacido de nuevo es cuidadoso de su propia alma. No solo intenta evitar el pecado sino también todo aquello que pueda conducirle a el. Es cuidadoso respecto a quienes le acompañan. El sabe que la comunicación perversa corrompe el corazón y que la maldad atrae más que la bondad, así como la enfermedad es más contagiosa que la salud. Es cuidadoso sobre el empleo de su tiempo; su principal deseo es usarlo en forma provechosa.
El desea vivir como un soldado en país enemigo – portando su armadura en forma continua y siempre preparado para las tentaciones. Es diligente siendo un hombre de oración, vigilante y humilde. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?

La Prueba

Estas son las cinco características principales de un cristiano que ha nacido de nuevo.

La notoriedad de las mismas es muy variable entre diferentes personas.

En algunas apenas son perceptibles. En otras son muy marcadas, inequívocas, de tal manera que todos pueden percatarse de ellas.

Algunas de estas características sobresalen más que otras en diferentes individuos. Es raro que sean igualmente evidentes en cualquier persona.

Pero aun después de tomar en cuenta posibles diferencias, tenemos aquí cinco aspectos que marcan a un sujeto que ha nacido de Dios.

Como debemos reaccionar ante estas cuestiones? Lógicamente solo podemos concluir una cosa – sólo aquellos que han nacido de nuevo muestran estas cinco características, y quienes no las tienen no han nacido de nuevo. Esta es la conclusión a la cual el apóstol nos quiere hacer llegar.

¿Posee usted estas características?
¿Has nacido de nuevo?. .
 

2.06.2014

SI PUDIERAS SENTARTE EN ESTA SILLA Y HABLAR POR 1 HORA CON ALGUIEN DE TU PASADO O PRESENTE QUIEN SERIA? POR FAVOR DEJEN SU COMENTARIO DLB
NO DEJES DE LEERLO.
Durante un programa de radio sobre casos de la vida real, transmitido por una emisora comunitaria en el sur-centro de Wisconsin, Estados Unidos, el hijo de inmigrantes mexicanos Anthony García relató una historia que hizo estallar las líneas telefónicas de la cabina de transmisión.

Sin embargo, la producción del programa decidió no sacar las llamadas al aire pues, aunque Anthony estaba contando una tragedia personal; la gran mayoría de las llamadas fueron hechas por mujeres que (si bien no se alegraban por su dolor) celebraban que hubiera aprendido la lección, aunque haya sido demasiado tarde.

Esta es su historia:

Mi nombre es Anthony García y llegué a esta ciudad después que mis padres se mudaron de California gracias a una oportunidad de trabajo. En Green Bay conocí, hace ya casi 20 años, a Madeleine, mi primera esposa.

Vaya que me costó mucho trabajo conquistarla! La recuerdo cuando tenía 25 años y, como si fuera ayer, puedo verla: bellísima, inteligente, conversadora y siempre con una sonrisa a flor de labios.
Me esforcé mucho por demostrarle que yo era un hombre que valía la pena y uno de los días más felices de mi vida fue cuando aceptó ser mi novia.

Yo era contratista del sector de la construcción a pequeña escala y Madeleine siempre me apoyó en mi trabajo. Incluso dejó sus estudios de enfermería por comenzar a trabajar como mi asistente y como era tan conversadora y bien relacionada, fue de mucha ayuda para conseguir algunos buenos contratos.

Al cabo de unos años comenzamos a vivir juntos y aunque ella hacía grandes esfuerzos por mantener vivo el romance en nuestra relación, yo comencé a enfocarme mucho en el trabajo y a descuidar incluso nuestras conversaciones y esos momentos en los que debí haber estado más pendiente de ella que de la computadora.

Como los años no pasan en vano ambos fuimos envejeciendo y, de la belleza de la juventud, quedaban algunos rasgos pero, como es lógico, no iba a permanecer intacta.

A sus 40 años de edad Madeleine lucía apagada y triste, como cansada. Yo se lo atribuía a esos 10 o 12 kilos de más que había ganado con el tiempo, que probablemente eran la razón por la que a veces me parecía que estaba de mal humor.

Un día Madeleine me dijo que quería retomar sus estudios de enfermería y, aunque me parecía que ya estaba algo vieja para eso, le dije que se tomara el tiempo necesario para hacer lo que quisiera. Yo contrataría una asistente y problema resuelto.

Pocos días después llegó Sarah a nuestras vidas. El día que la entrevisté para el puesto de asistente quedé impactado. A sus 30 años era bella y pícara. Sonreía como lo hacía Madeleine cuando la conocí y la manera como me miraba me hacía sentir perturbado.

Para hacer el cuento corto, después de varias infidelidades y discusiones en casa me separé de Madeleine (con quien por cierto nunca me casé legalmente) y me casé con Sarah. En ese momento sentía que no podía estar más feliz. Tenía a mi lado una mujer sumamente bella y provocativa (por lo que mis amigos me envidiaban) y una situación económica buena y estable, gracias al prestigio que mi negocio había ganado.

Durante casi cinco años no supe nada de Madeleine. La verdad no me importaba saber qué había hecho con su vida, especialmente porque no tuvimos hijos y yo estaba muy ocupado viajando y disfrutando ese “caramelito sexy” que tenía en mi cama todas las noches.

Hace seis meses, mientras iba rumbo a buscar a Sarah a la fiesta de cumpleaños de una de sus amigas, sufrí un terrible accidente de tránsito. Una pareja de jóvenes que había tomado muchas cervezas de más en esa misma fiesta, me embistió con su camioneta en un cruce pocas cuadras antes de llegar.

El impacto fue tan fuerte que mi automóvil salió disparado casi tres metros y, tras chocar contra un poste de electricidad, perdí mi pierna y brazo izquierdos. Estuve inconsciente durante un mes. Cuando reaccioné lo primero que hice fue preguntar por mi esposa, quien aparentemente estuvo a mi lado durante una semana pero luego no regresó por el hospital.

Esa misma noche, mientras me encontraba somnoliento por la gran cantidad de calmantes, escuché una voz que me confortó. ¡Ella había regresado! Esa voz tan cercana, cálida, familiar, que me hacía sentir protegido y amado solo podía ser la de mi bella Sarah, a quien seguramente alguien le habría informado de mi recuperación.

Cuando logré incorporarme y tomar conciencia de quien estaba realmente en mi habitación, me llevé una gran sorpresa. Allí estaba frente a mí, con unos ojos que no podían ocultar su felicidad por ver mi mejoría, la misma Madeleine que sin ningún remordimiento había corrido de mi casa hacía ya tanto tiempo.

Durante mi estado más crítico y los dos meses y medio más que tuve que permanecer en el hospital, fue la enfermera a mi cuidado. Una tarde que se veía particularmente contenta se despidió temprano de mí. La vi soltar su cabello ya canoso y sacudirse la blusa que llevaba bajo la bata médica. “Hoy debo marcharme temprano, así que te dejaré a cargo de mi compañera Nathaly”, me dijo.

Cuando le pregunté por qué me abandonaría ese día, en el que particularmente sentía más agudo el dolor de mis miembros fantasmas y absolutamente nadie parecía haber recordado mi cumpleaños número 58, me dijo unas palabras que jamás olvidaré:
“Durante más de tres meses he cuidado de ti. He lavado tus heridas, te he dado de comer. Hasta me he encargado de tu aseo personal, te he afeitado, cepillado y asistido cuando debes ir al baño. Exactamente como lo hubiera hecho si nunca me hubieras dejado por una jovencita, que probablemente no esté aquí porque le de asco tener que limpiarte el trasero como yo he tenido que hacerlo. Pero hoy estoy cumpliendo un año de matrimonio con un hombre que sí valora lo que tiene y mi relación contigo, más allá del pasado que compartimos, hoy es estrictamente laboral… Y el trabajo, como bien debes recordarlo, nunca fue para mí más importante que el amor. Buenas noches”.


Mensaje Para Ti.

♥ A Girl should be so in Love with God that a guy has to seek Him in order to get to her ♥ "Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra." (Apocalipsis 3:10) ♥Esta es Mi Promesa y La Cojo y La Guardo en Mi Corazon. Y Se Que El Señor La Va a Cumplir.♥ Ama a Dios Como Si El Fuera el Unico En Este Mundo.... Para Contactarte con La Emisora Puedes Escribirnos a Puki26@hotmail.com Para Oracion o Lo Que Necesites.