"VISIÓN DEL LA GLORIA POSTRERA Y EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA" Por: José Eugenio Herrera
mas rojo y ardiente que el fuego que conozco pues miré como remolineaban las llamaradas y descendían a la tierra y todo el cielo estaba lleno del fuego que descendía del cielo y entonces miré sobre el mundo y vi que sobre muchas personas había descendido aquel fuego,
pero no sobre todas y habían muchas gentes que no habían recibido el fuego del Espíritu Santo, porque no estaban listas para recibirlo y las personas que si recibieron el Espíritu Santo miré que saltaban y lloraban gemían y danzaban porque aquel fuego los quemaba y vi que había entonces un bombero y tenía una manguera en su mano y le pregunté y estas personas de por qué saltan, lloran y danzan, y el bombero me dijo porque se están quemando, con el fuego que desciende del cielo y el entonces hecho sobre ellos mucha agua y me asombré al ver que no se apagaban y entonces una voz me hablo del cielo y me dijo,. él no puede apagar este fuego porque este fuego viene del cielo,
y volví a alzar mis ojos y miré que aquel fuego no terminaba flamear desde el cielo hasta la tierra y entonces miré un lugar alzado más alto en el las nubes y mire y me dijo el ángel que estaba conmigo mira y miré , y había dos lugares como nubes pero diferentes y en el medio había un lugar por donde pasaban unos seres de una nube a la otra y vi entonces y había cuatro cuatro gigantes cuatro jinetes y su aspecto era como una imagen de barro seco y deformados tenían manos y piés como hombre pero median como 3 o cuatro metros y sus caras eran deformadas y horribles entonces vi que se levanto uno y pasó de una nube a la otra y luego vi que otro se pasó de una nube a la otra y entonces el ángel que estaba conmigo me dijo estos son los los cuatro jinetes del apocalipsis y entonces cuando todavía no había terminado de pasar el segundo jinete vi nuevamente hacia la tierra y entonces miré que la gente que había recibido aquel fuego que había descendido del cielo todavía seguía ardiendo en ellos y alcé mis ojos nuevamente al cielo y miré que el cielo se puso lleno de colores y luces y arcoíris en las nubes el cielo se puso majestuoso majestuoso y no hay palabras para explicar cuan bello y majestuoso se puso el cielo y entonces pude sentir que había un silencio ensordecedor y luego miré el lugar donde estaban los jinetes entonces cuando terminó de pasar el segundo se levantó el tercero y cuando el tercer jinete aun no había comenzado a cabalgar sobre la tierra, en un instante de repente sin aviso miré lo alto en el cielo y vi un portón inmenso que se abrió y vi a Jesús en las nubes y a su lado izquierdo había con él un ángel que tenía una trompeta como una trompeta hecha del cacho de un carnero y miré que que Jesús tenía sus manos extendidas sobre la tierra y el resplandor de su presencia de su venida es como el sol cuando brilla y entonces el ángel toco la trompeta y en un instante sentí fui arrebatado y entré por el portón inmenso que se abrió en el cielo y miré las personas que habían recibido el fuego que descendió del cielo que también fueron arrebatados
pero las personas que no recibieron el fuego se quedaron en la tierra, y cuando yo iba entrando en aquel lugar hermoso miré que estaba vestido con un túnica blanca y los bordes de las mangas eran de colores hermosos entonces miré ángeles y miré que todo en aquel lugar es luz, paz amor , gozo y todo lo que allí hay esta hecho de oro y miré los carros que hay en el cielo son carros de oro y fuego pero no son como los de la tierra y entonces entre y cuando entre miré un anciano que tenía una corona adornada de piedras preciosas y aquella corona brillaba y resplandecía entonces el anciano me miró y me llamó y me postre ante él.
Hermanos en estos años que estamos viviendo van a haber señales y esas señales serán en el cielo habrán arcoíris y luces extrañas en el cielo esas señales anuncia que viene la gloria postrera de la que nos habla el Señor, en (hageo 2:9 , “la gloria postrera de esta casa será mayor que la primera , ha dicho Jehová de los ejércitos ; y daré paz en este lugar , dice Jehová de los ejércitos.”) hermanos míos ese día viene y será llena la tierra del poder de Dios y así como habla Jehová en el libro de (Hechos cap. 2:)
Hechos cap. 2
2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.
7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes,
tanto judíos como prosélitos,
11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.
14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto;
21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Hermanos Míos Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado, estemos listos pues el señor vendrá como ladrón en la noche, vendrá seremos llevados a su presencia en un abrir y cerrar de ojos.
La paz del Señor sea a vosotros hermanos en Cristo Gloria al Señor por los siglos de los siglos amen.
Si has leído lo que el Señor le ha mostrado a este humilde siervo del Señor por favor regálaselo a otras personas envíaselo a muchos para testimonio a las naciones de las cosas que han de venir a este mundo. amen.
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